27/1/11

Memoria

Mi sentencia no estaba escrita aún. Me quedaba una oportunidad, tenía que lucirme.
         Alguien una vez me apodó como el zar del enredo, maquiavélico por naturaleza, así que algo tenía que hacer.
         Cinco minutos, un escudo y mi maestría en trampas era lo que me quedaba para ganar. Recluso de mis propias cizañas hablé, lloré y, por supuesto, mentí. El Rey del changüí me coronaron. Cada una de mis palabras estaba unida cuasi magistralmente con la otra, formando así el soneto de la falacia. Mientras relataba mis poesías y cuentos inverosímiles iba empalagando a cada uno de los jueces, caían uno a uno. Finalizados los cinco minutos, respiré y supliqué por última vez que me creyeran. La otra parte pidió un receso. Yo me opuse, no quería esperar más, la ansiedad me estaba matando de a poco. No hubo vuelta atrás, se suspendió el juicio.
         Mi defensor me tendió la mano y me felicitó. Me comentó lo real que sonaron mis relatos, y que por un momento hasta él se los había creído. En ese instante me ilusioné y debo reconocer que mi ego se agrandó un poco más, sin saber que iba a ser la última vez.
         El receso se me hizo eterno, cada minuto parecieron horas, pero la campana sonó anunciando la vuelta.
         Todos me observaban, con su mirada me injuriaban y me hacían sentir cómo un átomo dentro de una galaxia. Otra vez volver al ruedo, enfrentando a mi peor enemigo, el que contrarrestó cada uno de mis vocablos, ganándome por knock out.
         Me destruyó, otra vez caí en su trampa, usó su caballo de Troya. Un golpe bajo, palo y a la bolsa, eso hizo conmigo.
Me ganó, y no me di cuenta. Me confié, mi ingenuidad fue más grande que me habilidad. ¿Cómo imaginé que le iba a ganar?  Conocía mis debilidades y fortalezas, me conocía.
Si me hubiera acordado que ella era la que me apodó Zar del enredo, maquiavélico por naturaleza, puedo asegurar que nunca me hubiese presentado al juicio. Era inganable, estaba tan lastimada que no le importó nada, atacó con todas sus armas.
Yo quedé abatido, desganado.  Lo único que me quedaron fueron las memorias de mis días con ella. Hoy las fusiono con palabras agradables y pegadizas formando poesías y cuentos inverosímiles que tal vez me sirvan en un futuro juicio.

23/1/11

"Para el que escribe debe haber soledad... La soledad del autor. Escribir es no hablar. Es callarse. Es aullar sin ruido. Un escritor es una contradicción y también un sinsentido"
Marguerite Duras.

15/1/11


 Son lo que más quiero y necesito del mundo.
Siempre juntas como ellas. Pero no vamos a vestir santos.
Las voy a extrañar. Las amo hermosas de mi corazon.
Espero el primero de febrero con muchas ansias. Son lo mejor del universo.

10/1/11

Casi mágicamente apareció,
en el momento en que estaba vacía
sin esperazas ni fuerzas para nada más.

Me envolvió en sus brazos, me acarició
con su aliento, con su mirada hizo volver a latir
mi corazón y con su boca cortó las cadenas
que nadie había podido romper.

Salí victoriosa, con la cabeza en alto,
dejando atrás a los que me dieron la espalda
y avancé de la mano de un Dios.
Estoy sola, nadie viene, nadie va.
No tengo un hombro ni un oído.
Tengo sonrisas por demás.
Se ve que en está época no tienen valor
En cambio el hombro cuesta caro.
Yo te tenía, te tengo capaz.
No te siento, te escapás entre mis dedos.
Y te vas, entre la neblina, te agarran otros.
No quiero perderte.
Soy incapaz de salir a buscarte, no sé cómo hacerlo.
¿Me quedo? O voy?.
¿No me hacés una seña?, guiñame un ojo al menos.
Por favor, ayudame.
Te extraño, te necesito.
Volvé.


Perdón. Te amo.

9/1/11

No puedo pensar, no puedo vivir

No puedo pensar si amor es un pensamiento
Tengo que volverte a ver.
Tengo que volverte a ver
No puedo perder, por amor a ese sentimiento.
Tengo que confiar en mi amor
Tengo que confiar en mi sentimiento
Tengo que confiar en mi amor
Tengo que confiar en mi sentimiento.
Ya no sirve vivir para sufrir.




4/1/11

Silencio

Un silencio me invadió y mi piel imperceptible se volvió. Hoy quiero caminar sola, recorrer lo que debo recorrer. Andate, y cuando te alejes vas a ver mi pisada vanguardista. Alejate y dejame perderme en el olvido, en el nuevo amanecer, en un solsticio de verano. Y olvidate de las palabras que pronuncié porque se las lleva el viento. Hablá lo que quieras que tus palabras se mezclan casi simbióticamente con las mias, confundiendo asi al viento, para que se vayan con el también. Yo me voy a quedar sentada viendo como un todo silencioso me carcome y decepciona.
Cuando se corrompe el silencio, de mis ojos llueven lágrimas. Hiero la tierra, daño mi ser, no quiero pensar, no quiero neuronas, quiero vivir como el callado.
Pero le doy tregua al tiempo y me doy una oportunidad de ser yo. No soy perfecta, lo sé. Aunque deba reconocer que por momentos lo sienta, me equivoco igual que vos. Tengo ideas, sueños y ambiciones. Tengo un pasado, un presente y un futuro calvario, en el que te voy a volver a encontrar. Pero esta vez no va haber silencios.

Reloj de Arena


Maldigo el segundo en el que tu mirada esquiva, se fue.
Una mirada que permanece en ojos ajenos. Un reloj de arena marca el deceso de esa mirada que en mi reside.
Ese reloj que se detuvo con la luna transeúnte como cómplice para que mis ojos graben los tuyos y tú último suspiro quede impregnado en mi piel.
Pero el reloj tiene otra tarea ahora, marcar el tiempo en el que mis ojos permanecen cerrados pensando en vos.


Ni si ni no, ni blanco ni negro.

 

Y yo qué sé si estoy desperdiciando mi única oportunidad de ser verdaderamente feliz. ¿Yo qué sé? Todos los días pienso en no llamarte, en no escribirte, en no saber nada de vos… y todos los días termino pensando en vos. O pensando de una u otra forma estás siempre en mi cabeza. Y yo qué sé qué es lo mejor para mí. ¿Vos sabés?

1/1/11

Bienvenido




once·XI·elf·elleve·on bir·jedenáct·onz·üksteist·un ar ddeg·njëmbëdhjetë·أحد عشر