Una palabra puede verse como un proyectil inevitable, cuando el dueño de la misma es un
poeta asesino. No siempre es inevitable, cuándo las esquivás vas a ver todo desde otra óptica. Puede ser negativa o positiva, te pueden hacer crecer o estancarte. Me callo para escribir, pensar. El
silencio es un
arma de doble filo, usado como defensa propia o para dañar. En mi caso es utilizado como
escudo, contra tus palabras engañadoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario