23/2/11

Golpes

Desde la ventana la mañana era soleada,
pero estaba gris en mi casa
me llovía la mente
y nevaba en mi interior.
Mis oídos escucharon tu filosofía,
mi corazón trataba de pensarla,
pero no hacía otra cosa que contrarestarla
con dogmas universales.

Anoche se desveló
cuando sintió tu voz
recitando palabras.
Corrió a tus pies y se posó en la primera fila
se emocionó con cada palabra,
de tal manera que quería traspasar la piel
golpeaba y razguñaba todo lo que se le pusiera en el camino.
Estaba fuera de control

Yo, Abril, trato de volverlo a su lugar,
a su cueva.
La luz me está matando, me enceguece,
me ahoga, no me deja pensar.
Se que tiene nombre, pero no lo quiero decir
no lo quiero leer y menos deletrear
Aunque es lo mismo, porque que no lo diga
no significa que desaparezca
Es una mampara que me da la sensación de invulnerabilidad
a tu voz, a tus ojos; a lo que me conduce directamente
a vos.

Abril Verzura

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