6/2/11

Cuando el pesente, pasado y futuro se funden en una danza de pasión.
Se disipa lo original para dar paso a la agonía;
es ver por un segundo lo que somos, ver en nuestros adentros,
no existe el tiempo, ni los nombres, todos están perdidos en el abismo del final.
Conociendo por primera vez seres concretos y atemporales,
quienes se asimilan, de manera extraña, a uno.

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