26/9/10

"El Principito"

Cómo no tengo sobre que escribir, la inspiración no me invade ni nada por el estilo, pensé en escribir sobre el libro que estoy leyendo. "El Principito", es un libro que no me canso de leer.
La verdad que era bastante grande cuando lo leí por primera vez, tendría unos 13 años. Todavía la lectura no era uno de mis placeres. Creo que leer me resultaba pesado, aburrido y  tampoco entendía la finalidad. Aparte en el colegio lo único que leíamos eran libros aburridísimos, entonces creía que todos los libros eran asi. Por que seamos sinceros, en los colegios hacen que odiemos los libros.
Pero no me quiero ir por las nubes, volvamos al tema.
Cuando leí El Principito me acuerdo que estaba mal anímicamente y me había peleado con mi viejo, y tenía tal bronca que me quedé en casa sola mientras se iban a un asado. Lo empece a leer y pensé esto es un bodrio, es para nenes chiquitos, mirá que dibujos feos que tiene. Era todo muy cursi. Después de un rato me facinó. No me olvido más, estaba en mi pieza acostada, llegué a la parte de las flores y me paré para leerlo, me pareció una genialidad. Si mal no recuerdo fue uno de mis primeros libros en ser leídos por completo. Creo sospechar que gracias al Principito empecé a escribir, a expresarme como tanto necesitaba.
Pasaron un par de años, unos cuantos libros y varios cuadernos llenos de escrituras mías hasta que lo volví a leer.
Fue hace unas semanas, lo encontré ordenando el escritorio de casa. Lo ví, lo agarré y lo empecé a leer casi con el mismo entusiasmo que la primera vez. Pero no fue igual, ahora realmente entiendo el libro. Leí la primera hoja donde dedica el libro a Leon Werth cuando era chico y me dí cuenta que no iba a leer el mismo libro de hace cuatro años.
Entendí que a medida que crecemos nuestros ojos enfocan distinto, nuestras acciones son distintas. Pero hay algo tan simple y tan hermoso como una rosa que hace que nuestros sentimientos no cambien. "Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira las estrellas. Se dice: "Mi flor está allí, en alguna parte...". Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto, ¿no es importante?".
Pero muchas veces lo que creemos nuestro, único e irrepetible no es tan así. Hay miles y miles iguales, pero su esencia sigue siendo única: "Me creía rico con una flor única y no poseo más que una rosa común y corriente. La rosa y mis tres volcanes que me llegan a la rodilla, uno de los cuales quizá está apagado para siempre. Realmente no soy un gran príncipe...".
Después de domesticar al zorro y que el le explique lo que era domesticar... vuelve a ver el campo de rosas y se da cuenta que su rosa era distinta a todo el resto: "No son en absoluto parecidas a mi rosa; no son nada aún. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Son como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo". En esta parte quiero agregar que lloro siempre, siento un alivio tremendo, es como si yo fuera el Principito y estuviera hablándoles a las rosas.
Y el zorro le da dos consejos que no voy a olvidar, y que se pueden aplicar a la vida diaria. "Lo esencial es invisible a los ojos"; "El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante".
Es un libro que parece para chicos, pero es tan profundo, tan cierto. Creo que más de un adulto tendría que volver a leerlo o leerlo por primera vez para escapar de la rutina y volver a ser chicos por un rato aunque sea. Haganlo que está bueno.

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