20/11/09

Ese día en el que desperte y no estaba, su cuerpo se habia evaporado. Su huella casi inperceptible en mis sabanas, que en la noche anterior habian sido un cielo.

Esa mañana donde me di cuenta de su ausencia, decidi no buscarlo en los rincones de mi habitacion, y ahi comenzó la desesperacion.

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